Haminatou Haidar
En tus ojos,
en tu silencio
en tu mirada,
en tu callada boca,
agazapados como gatos,
y parejos,
duermen dignamente
el odio, y hasta la ira
de años perdidos,
de ilusiones disipadas
por vientos paralelos,
racheados de injusticia,
por muros de piedra
y de cobarde silencio,
para dejar a un pueblo
abandonado en el desierto,
cercado por la arena,
a su suerte, solo,
sin esperanza,
hundido en el olvido.
Haminatou es la bandera,
concierto mudo,
honda libertaria que flota,
limpiamente,
sobre los hombros del desierto.
Un sueño de cigarras opulentas
se despierta a la cruel mordaza,
a la negación eterna
y al permanente olvido,
a cigarrones famélicos
en medio del desierto,
cubiertos por la arena
del camino,
hambrientos de justicia,
sin presente, sin futuro,
y hasta sin destino…
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